El club decano en Bolivia renueva su sueño de jugar por primera vez en la máxima categoría profesional.
Ninguna institución deportiva boliviana es tan antigua como Oruro Royal, el club decano de decanos que el martes 26 de mayo cumplió 124 años, todavía soñando con alcanzar la categoría profesional, aunque sin dejar de ser una escuela del fútbol.
En 1896, el domicilio de Leoncio Suasnabar —según consta en su acta— fue el sitio donde fue fundado el símbolo de Oruro, el Oruro Foot Ball Club. Desde entonces, miles de futbolistas unieron sus vidas a la entidad y defendieron sus colores.
“Gracias al fútbol y a Oruro Royal mi hermano Roberto y yo solventamos nuestros estudios. Quedamos huérfanos de padre, pero jugamos en el club y nos pagaba por eso. Mi hermano fue ingeniero civil y yo auditor financiero. Así como nosotros, muchos exjugadores logramos una profesión u oficio, por eso somos agradecidos al club y al fútbol”, dice Fernando Herrera, exarquero en la década de los años 70.
“En más de ciento y veintitantos años han pasado centenares de jóvenes, yo diría miles de niños y hombres que jugaron en el club, ya sea en sus infantiles o en la primera. Royal no solo es fútbol, sino una escuela de vida. Construyó muchas lindas historias”, agrega Herrera, quien a sus 61 años es gerente financiero de la Empresa Metalúrgica Vinto.
Cómo es posible —enfatiza— que el primer club de la historia nacional nunca haya llegado a Primera División. “Los royalistas decimos que al fútbol boliviano siempre le faltó Royal, no tener al decano le ha dejado un hueco”.
Niños de la escuela. Foto: Álbum Frenando Herrera
El objetivo
Desde que cumplió 100 años de fundación (1996), Oruro Royal busca el ascenso a la División Profesional, sin embargo la carencia de recursos económicos es su mayor problema.
Uno de los actuales dirigentes es Óscar Cruz: “Nunca fui jugador, pero soy un royalista que aprendió mucho. El club se acostumbró a dar pelea en los últimos años en la AFO (Asociación de Fútbol de Oruro). Nuestro propósito es darle a esta ciudad una plaza más en el fútbol profesional y qué mejor que sea el decano boliviano”.
El club es propietario de un complejo, paulatinamente mejorado, en pleno centro de la ciudad.
Cuenta con una cancha reglamentaria de césped sintético, vestuarios, además de graderías en una recta.
“Nunca va a desaparecer porque tiene casa propia, tiene historia y siempre habrá un orureño en cada familia que fue o es parte del club”.
Daniel Gómez, el actual entrenador de Oruro Royal
A la Copa
Oruro Royal está clasificado para jugar esta temporada la Copa Simón Bolívar, el torneo de ascenso a la División Profesional. Según el directivo Ivar Cortez, la idea es hacer un buen papel y para ello fue contratado el técnico argentino Daniel Gómez, con 10 años de experiencia en los torneos de la AFO.
“Felices de cumplir un siglo y un cuarto más de vida. Tenemos planes para levantar al club. Queremos que en sus 125 años esté ya a nivel profesional”, afirma Cortez.
Ve a su club como “un buen acompañante de San José en el fútbol profesional y ambos se repartirían el cariño de todo Oruro”.
Con la batuta de Gómez, los jugadores extranjeros destacados son el zaguero argentino Leandro Badalovich, el central paraguayo Víctor Calderera y los delanteros colombianos Carlos Andrés Gómez y Anderson Castillo.
“Vamos a dar nuestro mayor trabajo y experiencia para llevar a Oruro Royal a la élite del fútbol boliviano. Esperamos lograrlo”, dice el DT.
Estandarte que Rafael Mendoza regaló a Oruro Royal en sus 60 años . Foto: Oruro Royal
Un divorcio
Oruro Royal está dividido a nivel de su dirigencia. Tiene dos cabezas: Óscar Cruz asegura que es el presidente legal y que su gestión aún no terminó; Ivar Cortez fue elegido en marzo y también reclama para sí la conducción del club.
“Definitivamente hay un divorcio que ojalá lo solucionemos cuando volvamos a la normalidad para bien del club”, dice Cruz.
Esa fractura se nota en la administración dispersa de la institución, porque mientras Cruz se encarga del patio de comidas, otro grupo atiende el alquiler de la cancha, garaje y la publicidad.
La escuela de fútbol se autogestiona, incluso paga a sus profesores con sus propios recursos.
“Muchos que me acompañaron al inicio en el directorio se dieron la vuelta y eso es triste, veo que solo buscan sus intereses”, agrega Cruz.
Cortez cuenta con el respaldo de una asamblea de socios que lo eligió este año.
“Justo al día siguiente empezó la cuarentena en Oruro, no nos dio tiempo de comunicar nada. El doctor Cruz acabó su gestión el 3 de febrero y por cuestiones de trabajo ya no fue parte de las reuniones”, explica Cortez.
Aclara que no tiene ningún problema personal con Cruz y que también busca la unidad para fortalecer el trabajo en la institución, aunque en los hechos están separados.
“Yo soy honesto, vivo de mi trabajo, me conocen en Oruro y quiero hace bien las cosas, así que pienso hacer una auditoría de mi gestión antes de irme”, responde Cruz.
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